viernes, 29 de abril de 2011

Creo que le gusto a mi profesor

¿hola!!
Me llamo claudia, acabo de empezar la universidad y hay un profesor que es muy simpático, buenisimo para impartir su clase, todos aprendemos con el, es fantastico como profesor, está casado con una que fue su alumna, tiene dos hijos, y tiene 35 años, me lleva 17. Hace mas o menos mes y meio o dos empezamos a chatear bien seguido, de la clase... de como estuvo el dia... del compañero q no pone atencion en su clase... de su preocupacion por los que no quieren aprender mas... y entre eso he sabido que ha estado teniendo prolemas con su esposa, según el es muy celosa y ultimamente hemos hablado de mi novio y de su esposa, y... de la infidelidad, me pregunta sobre si yo seria infiel, y constantemente me dice comentarios acerca de que si soy bonita, inteligente, demasiado madura para mi edad, que está muy contento con mi desempeño en su clase, que todos deberian ser como yo y cosas parecidas.
Debo decir que eso solo es asi en el chat, en clase, tanto él como yo nos comportamos normalmente, rara vez platicamos un poco al final de la clase y es solo cuando yo necesito preguntarle sobre una tarea o algo asi, honestamente a mi me atrae un poco (tiene un magnetismo raro y cae super bien) y no estoy egura de si yo le gusto a él, tengo novio y el es casado y sé que es una locura pretender algo con el y de eso estoy consciente. Sin embargo me gustaria saber si le gusto, ¿cómo pued saberlo? me da una vergüenza infinita preguntarle porque puede que sea solo mi imaginación, ¿ud que piensa?

Claudia.





Estimada Claudia:


Sinceramente pienso que no es ético que un profesor chatee y flirtee con una alumna, más siendo vos menor, su alumna, y encima él estando casado. No es importante si él gusta o vos de no, eso es lo que él está buscando, que vos le sigas su juego perverso de seducción hasta que finalmente vos te le declares y él luego de haberte usado en caso de tener algún problema con un affaire con vos termine diciendo que vos fuiste que lo sedujiste. No me gusta generalizar, pero lamentablemente para el hombre latino es muy común tener la esposa "oficial" y por otro lado la amante y más aún, el hombre latino le encanta inflar su ego seduciendo jovencitas. Entiendo que sos muy joven y a lo mejor el realmente te gusta, pero en tu lugar trataría de sacarmelo de la cabeza y no seguir inflando su ego.

Saludos,

martes, 26 de abril de 2011

¿Cómo me olvido de una relación que me hizo daño?

Suena estúpido el decir no se que hacer, cuando tenemos la respuesta, por eso quisiera saber como hacer para dejar una relación que me lastima? esta es una relación muy típica a todas las que involucran un casado en ellas, muchas promesas rotas, muchas decepciones, tristezas, llantos, celos, agresiones fastidios, etc, etc, etc, el pro es que ya me di cuenta del hecho y que esto no camina para ningún lado, como hago para poder dejarlo, como hago para no sentir que perdía años de mi vida en algo que no iba ningún lugar, como me quito la obsesión y el odio que ya genero la relación, como olvido?


Cris





Estimada Cris:

Las relaciones no se olvidan, son una parte más de nuestra vida. ¿Acaso un capítulo de un libro que ya has leído se puede olvidar y pasar el siguiente entendiendo la relación entre uno y otro? En la vida podemos dejar cosas atrás pero no olvidar. Una relación que nos has dado más dolor que felicidad, nos deja una enseñanza: la enseñanza la tendrás que encontrar vos: puede ser de no volver a repetir la historia, de saber amar una persona a pesar de sus defectos, ser aprender a ser tolerante. Si encontrás un significado a lo que te pasó, “un sentido” por más “estúpido” que te pueda parecer ahí vas a saber tomar distancia de la relación y verlo como algo de lo cual aprendiste y tuviste que dejar atrás. Hay un axioma en los metafísicos que dice “en todo mal hay un bien escondido”, seguramente en esta relación que tanta dolor te causó algo de buena podés sacar.
Espero haberte ayudado.

viernes, 1 de abril de 2011

La Historia de Mara y Jorge: Hasta que la muerte nos separe...


Carta a Ana María Foglia (Mara). 13/01/49 al 22/02/2010. Te fuiste la mañana del 22 de febrero de 2010 víctima de esa maldita enfermedad (cáncer) a la que peleamos (juntos y terriblemente solos) con la fé de aquellos que independientemente lo duro del presente, no bajan los brazos ante nada. Nuestra relación fue muy especial debido a que si bién de apariencia distinta, en el fondo, nuestras metas eran las mismas. Puedo afirmar, sin equivocarme, que el amor que nos teníamos en lo que la vida marcó el final de nuestra relación cotidiana, fue mil veces superior a todos y cada uno de los momentos vividos. Mara, te quise y te quiero cada día más, y ese amor fue debido a que aprendí a reconocer tus valores, luego surgió el respeto y la admiración hacia el ser que tenía a mi lado. Te extraño y no puedo entender tu ausencia, porque siempre sentí la necesidad de compartir con vos cada momento. En más de 30 años de nuestra relación, te llamaba montones de veces por día desde el trabajo para hacerte llegar cada pensamiento, cada situación. Si éramos una pareja. Hace muchos años cuidaste a mi padre en su enfermedad en sus últimos momentos y en aquel entonces surgió una deuda de gratitud que me comprometió a velar por vos y cuidarte por el resto de tus días. Desde 1985 se convirtió en mí en el compromiso de cada día. Tu familia fue tu debilidad y la preocupación de toda tu vida, como vos te convertiste en la mía. Como hermana mayor fuiste durante más de 40 años el soporte económico de tus padres y tus hermanos y yo lo asumí porque te quería y respetaba tus decisiones y además contribuía a ayudarlos. Hoy, mas friamente, y no lo digo por tus padres, pienso que si tuviste que empujar autos más de 40 años para que arrancaran, “el problema estába en los autos”. Tu amor por los tuyos nunca te permitió asumirlo. Sabés muy bién que este siglo 21 no fue bueno para mí (para ambos). Tu primer cáncer a fines del 2000 seguido de una operación mutilante y la aplicación de radioterapia que te llevó a preguntarme preocupada: “y ahora como seguimos?”. Mi respuesta fue: “Te prefiero así, a muerta, sigamos”. Sé que siempre este tema fue tu preocupación, como me lo manifestaste en varias oportunidades. Creo que nunca llegaste a entender que mi amor por vos era superior a todos los contratiempos. Nunca estuviste bién. Ni física, ni anímicamente. Desde aquel momento fueron muchos los malestares, pero seguimos adelante (juntos y solos). Al poco tiempo falleció mi madre y este fue un hecho que nunca pude superar. Si yo no tenía tu fortaleza Mara. Luego siguieron años malos. Uno peor que otro. Pérdida de amigos, familiares, compañeros. La enfermedad y fallecimiento en 2006 de nuestra perra Chinita (como la peleé, Dios mío), que te cuidó desde tu enfermedad con un cariño y un celo que supera el entendimiento humano. Llegaste a decir a posteriori de su muerte, que Chinita había cambiado roles con vos y se había ido en tu lugar de tanto que te quería. Yo creo que es cierto. Después siguió la pérdida de mi puesto en el trabajo (me permitía a ayudar a miles de personas y lo amaba) por el mismo problema que te arrancó de la vida, el cigarrillo y la falta de consideración hacia los que no éramos fumadores. El deterioro de mi salud, humillaciones en mi trabajo por personas que no entendieron el respeto hacia el otro y cuando parecía que las cosas se iban a acomodar, surgió tu segundo y definitivo cáncer. Luchamos sólos como también fuí solo el único que peleó todos los días para sacarte de las garras del cigarrillo. En mi soledad, fracasé. Y me atribuyo el fracaso a tu final, no por no pelear, que lo hicimos y mucho, porque respeté tus decisiones, apoyadas por algunos médicos. Pienso que tal vez podríamos haber tomado otro camino y el resultado hubiera sido distinto. Resumiendo, hoy no estás conmigo. Me adjudico el fracaso y te pido perdón, porque yo no me lo perdono. Cuantos planes tenía para que juntos vivieramos el resto de nuestras vidas. Toda una vida abocada a construir un mañana que no se pudo concretar. Te acordás? En casa eramos en el 2006 5 seres vivos, vos, yó y “nuestras tres hijas de 4 patas”. Hoy Mara quedamos 2. A pocos días de tu partida, Vaqui, nuestra perrita "cachorra" de más de 18 años y medio, de improviso quiso irse con vos y no pude impedirlo. Dos pérdidas en la casa en menos de 20 días. Quiero creer que debés estar en alguna parte paseando con "las nenas" y a la noche cuando te vás a descansar, Vaqui seguirá durmiendo como siempre, en la almohada encima de tu cabeza y Chinita aprovechará cada hueco que deje tu cuerpo para hacerse un bollito y pegarse a él. Me muero de extrañarlas. Hoy me queda sólo Rayita y te aseguro Mara que la obligación de cuidarla es la principal por no decir la única motivación para seguir viviendo. Han pasado tantas cosas que no puedo rescatar del pasado un sólo momento de felicidad. Respecto a como quedó la relación con tu familia (“tus hermanos, a quienes tanto ayudamos”), te cuento que todo se fué al diablo. Inmediatamente después de tu fallecimiento resurgieron como el Ave Fénix aduciendo que les habías dejado todos los ahorros que teníamos para nuestra vejez y amparándose en un artilugio legal, se los apropiaron y me dejaron después de 53 años de trabajo sin nada. Que importante que esa vitalidad que demostraron despues de tu muerte la hubieran utilizado en su momento para contribuir a salvar tu vida. Yo no tuve hermanos. Tal vez sea por eso que no los entiendo ni justifico. Hoy mi vida es como un carrousel en el que las figuras han sido reemplazadas por hechos amargos, pérdidas y luchas en vano. Mi madre, amigos entrañables (el 6 de enero de 2010 perdí a uno que tenía desde los veinte años), familiares, un trabajo que me dignificaba, mi salud, nuestras hijas de 4 patas (Chinita y Vaqui), el hecho de que vos y yó nos brindamos generosamente durante toda nuestra vida y el reconocimiento llegó en la forma de un despojo. Y principalmente a vos Mara, con quién compartí muchos momentos buenos y también, juntos, afrontamos tantos malos. Me pregunto Mara si todo esto dá un sentido a nuestras vidas. Tanto esfuerzo. Tanto pelear. Tanto dar. Si yo tendría hoy que estar abocado a llevar adelante mi luto por tu partida y el desconcierto por todo lo sucedido no me permite encontrar el rumbo. Quisiera que alguién me diga cual es la verdad, porque aparentemente todas las lecciones de vida que me dieron mis mayores estaban equivocadas. Esta mal ser derecho, generoso, cuidar al prójimo, luchar hasta lo imposible por conservar vivos a quienes queremos, superando nuestras múltiples limitaciones? Mara. Te amo, te extraño. Siempre te admiré como admiré tu valor, tu lucha y fortaleza para enfrentar tus últimos momentos. No creo llegarte a la altura de tus pies. Te enciendo todos los días una velita para que ilumine tu camino, el de Chinita y el de Vaqui, que estoy seguro te acompañan y para que no sufran el frío terrible de la soledad y dolor que me invade. Me quedan como consuelo las palabras que dijiste en tu última nochebuena, que quisiste pasar en casa, con quienes realmente te daban su amor y luchaban por tu vida: "mi familia, son ustedes" . Tus perras y tu pareja. También tu último "gracias por cuidarme". Que otra cosa puede hacerse por el ser que uno ama? Te dejo un poema que amabas y que te daba fuerzas ante la pérdida de tus afectos. ESTAR JUNTOS La muerte no es nada, sólo me ha deslizado al cuarto contiguo. Lo que éramos para cada uno, todavía lo somos. Llámenme por mi viejo nombre familiar, Háblenme de la misma manera fácil que siempre lo han hecho. Ríanse como siempre con las pequeñas cosas y momentos que disfrutamos juntos. Jueguen, ríanse, piensen en mi, recen por mí. Dejen que mi nombre permanezca en las conversaciones de casa, como siempre ha sido. Menciónenme sin dificultad: la vida continúa y significa lo que siempre significó ¿Por qué habría de estar yo fuera de sus vidas, sólo porque no me pueden ver? Yo estoy esperando por ustedes a la vuelta de la esquina. Todo está bien, nada ha pasado, nada se ha perdido, sólo unos momentos que pasarán rápido, y todo será como entonces, pero mucho mejor Y ... PARA SIEMPRE Una historia de amor, entre nosotros y hacia nuestras familias. Nuestra lucha solitaria ante las adversidades. Nuestro sacrificio, dedicación y generosidad. Nuestra vocación de velar y ayudar a los demás. Un final que terminó en muerte, tristeza, desagradecimiento y despojo. Jorge Castro Capital Federal – Buenos Aires - ARGENTINA





Estimado Jorge:


Es muy emotiva la carta que le escribis a Mara, y aunque suene redudante y/o cursi, ella te sigue acompañando, en lo vivido, en tus sentimientos, eso nadie te lo va a quitar, ni sus familiares, ni los avatares de la vida. Es difícil cuando un ser querido se va, deja un vacío que pocas cosas lo pueden superar, pero Mara siempre en espíritu y en memoria te acompañará.


Un abrazo fuerte y te dejo esta frase de Facuando Cabral que me parece bastante alusiva a lo que te quiero expresar:

"No perdiste a nadie, el que murió, simplemente se nos adelantó, porque para allá vamos todos. Además lo mejor de él, el amor, sigue en tu corazón".



Mariana Amour